Durante el período de transición ecológica, cuando la Unión Europea está dedicando fondos a trenes libres de contaminación, como los eléctricos o de hidrógeno, Gruia Stoica, el propietario del antiguo imperio Grampet - GFR, ha decidido presumir de un tren diésel de una sola unidad fabricado en Pașcani. Esta decisión no solo pone seriamente en duda la visión estratégica de este empresario, sino que también pone seriamente en duda la comprensión del contexto europeo en el que Rumanía debería integrarse.
De acuerdo con la invitación enviada por Gruia Stoica a políticos y los medios de comunicación, el evento del festival comenzará mañana a las 10:00 am en el salón oficial de la estación de Bucarest Norte. La historia de la unidad múltiple diésel (DMU) producida por Electroputere VFU Pașcani, una empresa bajo el Grupo Grampet, ilustra perfectamente la ineficiencia estratégica y la falta de dirección promovida por Gruia Stoica en el período anterior. Las locomotoras diésel deberían ser desechadas, no lanzadas y promovidas. En cualquier industria vibrante, un producto diseñado y fabricado desde 2012, probado en 2020 y finalmente aprobado en 2025 ya está obsoleto. No solo técnicamente, sino también moralmente.
En el contexto de los actuales estándares europeos de sostenibilidad y eficiencia energética, el motor diésel de Pașcani es un reliquia. Describirlo como "innovación rumana" no solo es engañoso, sino que también va en contra del sentido común económico y técnico. Ninguna empresa seria en el mercado europeo está invirtiendo en el desarrollo de unidades múltiples diésel. Todos los estados miembros de la UE están acelerando la transición hacia trenes eléctricos, híbridos o de hidrógeno. Si el producto promovido por Rumanía no respeta el futuro, sino el pasado, corre el riesgo de quedar tecnológicamente aislado.